Los discos M.2 son una forma moderna y compacta de almacenamiento de datos para computadoras. A diferencia de los discos duros tradicionales (HDD) o los discos sólidos (SSD) que se conectan a través de un puerto SATA, los discos M.2 se conectan directamente a la placa base a través de un slot M.2.
Uno de los mayores beneficios de los discos M.2 es su tamaño reducido. Como no requieren una conexión SATA, los discos M.2 son mucho más pequeños y ligeros que los discos duros tradicionales o los discos sólidos. Esto los hace ideales para computadoras portátiles y dispositivos de escritorio de tamaño reducido.
Además, los discos M.2 son significativamente más rápidos que los discos duros tradicionales. Utilizan la interfaz PCI Express (PCIe) para conectarse a la placa base, lo que permite velocidades de lectura y escritura mucho más rápidas. Esto los hace ideales para tareas de alto rendimiento, como el juego o la edición de video.
Los discos M.2 también son más confiables y resistentes que los discos duros tradicionales, ya que no tienen partes móviles. Esto los hace menos propensos a fallos mecánicos y les permite durar más tiempo.
Hay dos tipos principales de discos M.2: los discos M.2 SATA y los discos M.2 NVMe. Los discos M.2 SATA utilizan la misma interfaz de conexión que los discos duros tradicionales y los discos sólidos SATA, mientras que los discos M.2 NVMe utilizan la interfaz NVMe, que es significativamente más rápida que la interfaz SATA.
En resumen, los discos M.2 son una forma moderna y compacta de almacenamiento de datos para computadoras. Son más pequeños y ligeros que los discos duros tradicionales o los discos sólidos, y ofrecen velocidades de lectura y escritura mucho más rápidas. Además, son más confiables y resistentes que los discos duros tradicionales. Los dos tipos principales de discos M.2 son los discos M.2 SATA y los discos M.2 NVMe, siendo los NVMe más rápido que los SATA.